Según las últimas estadísticas, cerca del 38% de las personas diagnósticadas de un cáncer van a atravesar un trastorno del estado de ánimo. Como pueden ser un trastorno de depresión, ansiedad, miedos generalizados, etc. Lo cual va a mermar la adaptación a los tratamientos, a disminuir su calidad de vida, empeorar sus relaciones personales, insomnio, irritabilidad, etc.
Es por ello tan importante que se cuide la salud mental al nivel de cómo cuidamos la salud física.
Tratar la depresión en un persona sin cáncer es muy diferente a la forma en cómo se aborda y se trata en un paciente oncológico. Es por ello esencial que sea tratado por psicólogos especialistas en psicooncología.
Existen múltiples factores que acompañan la enfermedad (tratamientos, incertidumbre, hormonas, efectos secundarios, secuelas, cirugías, ostomías...) que determinarn el curso o mantenimiento de la sintomatología emocional. Es por ello tan importante la especialización en esta rama de la Psicología.