A consulta llegan familiares preocupados por el estado emocional de su ser querido. Perciben que en casa están muy apáticos, ensimismados, tristes, enfadados con el mundo y con quién les rodea. Y después de intentar algunas cosas y viendo que no es suficiente, es cuando piden consejo o ayuda.

Primero tenemos que dejar en claro que:

• Es indispensable que el paciente esté de acuerdo en asistir al psicólogo, jamás debe ser engañado, sino sería totalmente contraproducente.

¿Sabes por qué es importante que no se engañe?

Te lo explico:

Cuando vamos al médico a que nos cure una herida en la mano, sólo necesitamos sentarnos, extender la mano, mirar para otro lado, respirar, y que el médico y/o enfermera se hagan cargo de nuestra herida. Nosotros no tenemos qué hacer absolutamente nada, simplemente estar y ya está. Es decir, nuestra actitud es totalmente pasiva.

Cuando vamos al psicólogo se necesita totalmente lo contrario, se necesita adoptar un rol activo. Es decir, en consulta te pondremos sobre la mesa el algodón mojado en alcohol, las gasas, las tiritas, la aguja y el hilo, y todo lo necesario para curar tu herida.  Pero tendrás que hacerlo tú. El psicólogo te irá guiando paso a paso, y te explicará cuál es el proceso, pero eres tú quién tiene que hacerlo y tú quién decide empezar. Tú decidirás en qué momento poner el alcohol sobre la herida, cuándo poner los puntos, vigilarla diariamente para que no se infecte y hasta cuando cerrarla. Las heridas emocionales solamente se curan cuando nosotros mismos nos hacemos cargo de ellas. Pero sobre todo, cuando estamos listos para ya estar bien. Ya que, aunque nos pueda sonar ilógico, hay personas aferradas a su tristeza, a su apatía, y que en el fondo no les interesa modificar nada.

Por lo anterior, es importante que no se mienta a nadie, la persona tiene que tener el deseo de sentirse mejor, las ganas de no estar mal, las ganas de ir al psicólogo.

No se puede obligar a nadie a sanar sus heridas si así no lo desea.

Ahora bien, no todo está perdido.

Si el paciente no quiere ir a consulta, solemos trabajar con la familia para que en casa pongan en marcha pautas de comunicación,reestablecimiento de límites, empatía, escucha activa, conciliación…. todas enfocadas a ayudar al paciente a afrontar la situación de estrés que está viviendo y a su vez, ayudamos a la familia dándoles pautas para prevenir el síndrome de sentirse quemados (o "burnout")

Y en muchas ocasiones cuando el paciente nota el cambio en su familia, y en la dinámica familiar, son ellos mismos los que piden cita con el psicólogo.

Respetar los tiempos de cada uno es esencial.

Paciencia y mucho amor....

Luisa Pedrero Gil  

Psicooncóloga

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